La Vía Apia fue una de las principales vías de comunicación de la antigüedad. Conectaba Roma con Brindisi y el sudeste del Imperio Romano, tanto que llegó a ser conocida como la “Reina de las Carreteras”. Esta vía, de unos 900 kilómetros de longitud, desempeñó un papel fundamental como cruce cultural y comercial durante muchos siglos.
Durante el Imperio Romano, la Vía Apia Antigua era la principal conexión entre Roma y las provincias. A través de ella se intercambiaban bienes y mercancías de todo tipo. Este flujo comercial dio lugar a numerosos asentamientos, ciudades y pueblos a lo largo del camino, que crecieron como centros de intercambio e interacción cultural.
La historia de la Vía Apia
La Vía Apia fue construida en el año 312 a.C. por orden del poderoso censor Appio Claudio Cieco, quien quería crear una vía de conexión entre la ciudad de Roma y el puerto de Brindisi, en el mar Adriático.
El puerto de Brindisi era muy importante en aquella época porque desde allí partían las rutas comerciales hacia la Magna Grecia y Oriente.
La Vía Apia se convirtió de inmediato en una de las arterias de comunicación más importantes de la antigua Roma, utilizada tanto para el transporte de mercancías como para los desplazamientos del ejército.
Su construcción fue una empresa titánica, que requirió muchos años de trabajo y la colaboración de numerosas personas. Se utilizaron materiales de primera calidad, como piedra volcánica, para asegurar un pavimento estable y duradero.
Con el paso de los siglos, la Vía Apia sufrió muchas transformaciones. Durante la época imperial, se construyeron numerosos monumentos a lo largo del camino, incluyendo mausoleos, tumbas y grandes complejos residenciales.
A lo largo de los siglos fue ampliada gracias a emperadores como Augusto, Vespasiano y Trajano; fue especialmente gracias a este último que se creó la ramificación hacia la región de Apulia (Puglia).
Durante la Edad Media, la Vía Apia fue perdiendo gradualmente su importancia estratégica y comercial, pero mantuvo un papel significativo como ruta religiosa y como camino utilizado por los cruzados para dirigirse a Tierra Santa.
Hoy en día, la Vía Apia es una de las rutas más históricas y fascinantes de Italia. A lo largo del recorrido se pueden admirar numerosos monumentos y restos arqueológicos, como el mausoleo de Cecilia Metella, el anfiteatro romano de Capua y las catacumbas de San Calixto. La Vía Apia también ha sido retratada en muchas obras de arte y literatura, por poetas como Horacio y artistas como Miguel Ángel, quienes la celebraron como símbolo de la grandeza y magnificencia de la antigua Roma.
Vía Apia, un verdadero cruce cultural
La Vía Apia fue un importante cruce cultural, ya que permitía el paso de ideas y pensamientos entre las distintas regiones del Imperio.
Las personas que viajaban por esta vía llevaban consigo sus tradiciones, costumbres y creencias, que se mezclaban con las de otros pueblos encontrados en el camino. Gracias a esta vía, la sociedad romana se abrió a la cultura griega y comenzó a difundirse el amor por el teatro, la cultura, la literatura griega y también su filosofía.
Un ejemplo de la riqueza cultural de la Vía Apia se puede ver en la ciudad de Pompeya, que estaba a pocos kilómetros de la vía. Esta ciudad, destruida por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., fue descubierta recientemente y mostró cómo Pompeya era un centro cultural y comercial muy importante en la antigua Roma. Allí todavía se pueden admirar casas antiguas y mosaicos que dan testimonio de la influencia de diversas culturas en la vida de la ciudad.
Actualmente, la Vía Apia es un destino turístico muy apreciado, que permite viajar en el tiempo y en la historia. Caminando por la vía se pueden disfrutar paisajes impresionantes, visitar antiguos asentamientos y admirar los testimonios de la rica cultura romana que dejó huella en todo el Imperio.
La candidatura oficial a Patrimonio Mundial de la UNESCO
La Vía Apia no era solo una simple carretera utilizada con fines comerciales y militares. Es el emblema del sistema vial de la antigua Roma, una auténtica joya de la ingeniería, tanto que en enero fue oficialmente propuesta como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El pasado 10 de enero se firmó el Protocolo de Entendimiento que oficializa la candidatura, después de que el Ministerio de Cultura elaborara el expediente e invirtiera 19 millones de euros necesarios para los trabajos de restauración y conservación. La firma tuvo lugar en el espléndido entorno de las Termas de Diocleciano, en presencia de las autoridades regionales y nacionales más importantes. El Ministerio considera que este proyecto tiene un notable valor social y cultural, y que este recorrido también puede tener un impacto económico significativo en el territorio.
La antigua vía consular se encamina así a convertirse en el quincuagésimo noveno sitio italiano Patrimonio de la Humanidad, gracias a esta candidatura promovida por el Ministerio de Cultura con el apoyo de cuatro regiones: Lacio, Campania, Basilicata y Apulia.
En el proyecto están involucradas 12 provincias y 73 municipios, así como la Pontificia Comisión de Arqueología Sagrada y 25 universidades, tanto italianas como extranjeras. Será una demostración más de que Italia es la cuna de la civilización y la cultura, siendo el país con el mayor número de sitios Patrimonio de la UNESCO en el mundo.
Las oportunidades que ofrece la candidatura a Patrimonio de la UNESCO
Las oportunidades que ofrece esta candidatura en términos de impacto territorial son considerables. Un territorio con una tradición milenaria, centro de intercambios incluso antes del nacimiento de Roma, y para el cual existen proyectos de valorización basados en los principios de la economía circular.
No se debe olvidar que la Vía Apia es uno de los caminos más importantes de Europa junto con la Vía Francígena, capaz de atraer importantes flujos turísticos, que actualmente solo tocan estas zonas de forma marginal.
La candidatura también permitirá la valorización de toda el área y el desarrollo de un turismo sostenible, lento y de calidad, en todos los territorios atravesados por la Vía Apia. Se abren así importantes oportunidades sociales y económicas.
Gracias a un proyecto de regeneración territorial que pasa por la conservación y valorización de este inmenso patrimonio, se incentivará el desarrollo sostenible de todos los territorios involucrados, fortaleciendo la oferta cultural que es la base del crecimiento económico y social, especialmente en las áreas más internas.