Pocas ciudades italianas pueden presumir de un patrimonio histórico y cultural tan rico como Benevento: probablemente fundada por los oscos con el nombre de Maloenton, pasó bajo dominio samnita, luego romano (rebautizada primero Maleventum y más tarde Beneventum), posteriormente longobardo (que fundaron aquí el ducado homónimo), y finalmente se convirtió en enclave pontificio en la Edad Media.
La capital del Samnio es una verdadera “ciudad museo al aire libre”, realzada por innumerables joyas arquitectónicas que estas grandes civilizaciones dejaron a su paso: maravillas que se concentran en el centro histórico de Benevento.
De particular relevancia, y símbolo de la ciudad, es la Iglesia de Santa Sofía, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011.