Avellino es una ciudad rodeada de las colinas verdes de Irpinia, donde viñedos y pequeños pueblos auténticos crean un paisaje pintoresco. A pesar de su tamaño, tiene una personalidad vibrante con un centro histórico lleno de vida, una rica tradición gastronómica y un fuerte vínculo con la naturaleza. Es el punto de partida ideal para explorar el corazón montañoso y rural de Campania, entre santuarios, castillos y productos típicos como el Taurasi y el caciocavallo.
Rocca San Felice es un pequeño pueblo medieval de Irpinia, famoso por su fascinante sitio arqueológico de la Mefite, un área sagrada de la época pre-romana donde se encuentra un lago volcánico que emite gases sulfurosos. Al pasear por sus estrechas callejuelas de piedra y las ruinas de su castillo, se respira una atmósfera única, donde la historia y la naturaleza se entrelazan.
Sant’Angelo dei Lombardi es uno de los pueblos más emblemáticos de la Alta Irpinia, con un rico patrimonio histórico y religioso. El centro está dominado por el antiguo Castillo de los Imperiales y cerca se encuentra la Abbazia del Goleto, uno de los lugares espirituales más importantes de la región, punto de peregrinaje para los amantes del arte sacro.